Soy la doctora Claudia Patricia Nieto González, cirujana plástica estética y reconstructiva con más de 22 años de experiencia. Una de las dudas más frecuentes que recibo en consulta es sobre la anestesia en cirugía plástica y qué se puede hacer para minimizar el dolor en el postoperatorio.Por eso, te explico los diferentes tipos de anestesia, cómo se hace la valoración anestésica previa y qué es la bomba del dolor, una herramienta moderna que puede ayudarte a tener una recuperación más cómoda.
La anestesia es un procedimiento médico que, mediante fármacos, reduce o elimina la sensibilidad al dolor. Puede aplicarse con o sin pérdida de la conciencia, y es indispensable para realizar cualquier intervención quirúrgica de forma segura y sin molestias para el paciente.
La elección del tipo de anestesia depende de varios factores como:
Se aplica en zonas pequeñas del cuerpo y bloquea la sensación de dolor solo en el área tratada. Es común en procedimientos menores, como la extracción de pequeños lipomas o la resección de lunares.
Aquí estás despierto, pero relajado. El anestesiólogo administra un sedante suave mientras se aplica anestesia local en el área intervenida. Ideal para procedimientos como rinoplastias o blefaroplastias.
Bloquea completamente una región del cuerpo, como la parte inferior del abdomen. También puedes estar despierto pero sedado. Es frecuente en procedimientos como abdominoplastias o liposucciones extensas.
Implica un estado de inconsciencia total. Se utilizan medicamentos intravenosos e inhalados que garantizan que no sientas dolor, estés relajado y no recuerdes nada del procedimiento. Es muy común en cirugías combinadas o de larga duración como el mommy makeover.
Según la American Society of Anesthesiologists, las complicaciones relacionadas con la anestesia han disminuido drásticamente gracias a los avances en técnicas y monitoreo.
Durante ciertos procedimientos, puedo recomendarte el uso de una bomba del dolor o pain pump. Es un pequeño dispositivo que administra anestesia local directamente en la zona operada durante las primeras horas del postoperatorio.
Si te preocupa el dolor después de la cirugía plástica, esta opción puede marcar una gran diferencia en tu experiencia de recuperación.
Antes de tu cirugía, el anestesiólogo realizará una valoración preanestésica completa para conocer tu estado de salud y definir el plan anestésico más seguro para ti.
Esta valoración reduce los riesgos quirúrgicos y permite actuar con anticipación frente a cualquier eventualidad.
Recuerda: cada detalle cuenta para que tu experiencia quirúrgica sea segura y sin contratiempos.
El tromboembolismo venoso (TEV) es una complicación grave que puede ocurrir si se forman coágulos sanguíneos durante o después de la cirugía. Para evitarlo, implemento un plan de profilaxis antiembólica personalizado que puede incluir:
Tu seguridad es mi prioridad. La elección del tipo de anestesia y el uso de herramientas como la bomba del dolor están orientados a minimizar molestias y maximizar resultados.
La anestesia ya no es algo que debas temer. Gracias a los avances médicos y a un enfoque quirúrgico responsable, podemos garantizar procedimientos más seguros, menos dolorosos y con recuperaciones más llevaderas.
Antes de cualquier cirugía plástica, se realiza una valoración preanestésica, donde el anestesiólogo revisa tu historia clínica, alergias, exámenes de laboratorio y condición actual. Esto permite definir el tipo de anestesia más seguro y personalizado para ti.
Cuando es aplicada por un anestesiólogo certificado y con los estudios preoperatorios completos, la anestesia general es segura. Las complicaciones son poco frecuentes y suelen evitarse con una correcta preparación médica.
La bomba del dolor es un dispositivo que administra anestesia local de forma continua en el área operada durante las primeras horas o días después de la cirugía. Reduce el dolor, evita el uso excesivo de opioides y mejora la recuperación temprana.
Depende del tipo de anestesia. La local puede durar de 1 a 3 horas, la general deja efectos residuales por unas pocas horas después de despertar, y la bomba del dolor puede brindar alivio controlado hasta por 3 días, dependiendo de la dosis y programación.
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